Una historia de amor dirigida y escrita por el famoso Tim Burton, y protagonizada por su amigo Johnny Depp. Dos grandes del cine se unen para crear lo que yo llamaría una obra maestra. Edward Scissorhands es un robot hecho por un inventor que vive en una mansión. Éste, con la intención de ponerle manos en un futuro, le pone tijeras. Sin embargo el inventor muere antes de poder terminar su obra. Como resultado queda una criatura abandonada en una mansión, llena de cicatrices causadas por si mismo. Estrenada en 1990, esta película fue un éxito, tanto en la crítica como en la taquilla.
Tendrá una tierna y triste manera de hacernos reír por ratos. El joven manos de tijera llegará al corazón del más frío, mediante una tierna historia de amor imposible. Y no solo es una historia de amor, sino de vida. Burton dibujará una metáfora sobre lo destructivo y auto-destructivo que es el amor. Mostrará el sufrimiento emocional desde la parte física. El dolor de ser alguien que daña a los demás y que se daña a sí mismo.
Mientras mejores intenciones tiene nuestro protagonista, mayor será el daño que haga. Probablemente lo que hay que entender, es que para evitar nuestro propio sufrimiento y el de los demás, debemos alejarnos, así no queramos. Porque el apego es el que ocasiona más daño. La compasión con que Peg (la vendedora de maquillaje) intentará integrar en su familia a Edward es equiparable al de una auténtica madre. La única que comprende realmente a Edward.
Es imposible verla sin sentir algo de ternura, algo de nostalgia y algo de esperanza. Esperanza de ver que aún puede haber personas que se compadezcan de las almas en sufrimiento, porque las almas que tienen más cicatrices son las más peligrosas, sin quererlo. Un personaje incomprendido, y perdido, pero que al final encontrará su verdadera razón de ser, encontrará su lugar en el mundo. Alejado de todos, pero hecho para alegrar la vida de muchos.
Cuéntenme que tal les pareció esta película!


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