Pocas obras llegan a captar tanta naturalidad en una historia. Una hermosa mujer de pelo azul enamora con una intensa mirada a la protagonista de ésta aclamada historia. La historia de una niña en el proceso de descubrimiento de su sexualidad y del amor, así como del dolor. Abdellatif Kechiche logra transmitir el enamoramiento de Adele y Emma al espectador de una manera tan única que logrará llegar a tocar el corazón del más escéptico.
Kechiche descubrió el maravilloso talento de la, hasta ahora desconocida, actriz Adéle Exarchopoulus. Talento realmente admirable para una actriz tan joven y con poca experiencia frente a las cámaras. Está casi a la altura de la coprotagonista Lea Seydoux, quien seduce con solo una mirada que eriza los pelos, una melena azul, una sensualidad indescriptible y un carácter fuerte. Mujer que enamora a todo aquél que la vea. Adéle por su parte, tiene una sensibilidad increíble, una sonrisa tierna, y una naturalidad para todo lo que hace. Si hay algo que resaltar en el trabajo aparte de la dirección es la actuación de sus dos protagonistas. Mujeres que lograron transmitir una intimidad tan pura y natural como realista.
Una de las características que tiene la película y por la que causó polémica son las explícitas escenas de sexo. Excelente manera de "destabuizar"- por así decirlo- la sexualidad femenina explorada entre mujeres. No hay morbo alguno en la historia que narra Kachiche. y aún así no puede haber más sensualidad en ella.
Me habría gustado que se explorara un poco más el acercamiento entre Adéle y Emma, pero por lo demás es una obra maestra. La larga extensión de las escenas que aparentemente son insignificantes, ayuda inconscientemente al espectador a entrar lentamente en el cerebro y el corazón de las mujeres. Así como los planos excesivamente ampliados y enfocados en los rostros de los personajes. Todo con el único fin de meternos en lo más profundo de la mente de Adéle. Maravillosos son los trucos visuales que usa Kachiche para narrar, tanto así que termina por hacernos sentir a sangre viva y con una sensibilidad a flor de piel, el sufrimiento de ella a la que observamos en todas las escenas.
Si hay algo que promete esta película es hacer sentir. Sentir latidos en el corazón por la ansiedad de saber que pasará. Sentir pasión, alegría y amor. Y también, en algún punto, dolor. Ninguna historia de amor heterosexual ha mostrado jamás tanta pasión y sufrimiento como ésta, y ninguna fue tan real y vívida como ésta.
