Hoy quiero hablar del fenómeno del momento: La la land. Hace mucho no escribía en este blog por falta de tiempo. Pero a esta película ameritaba dedicarle un momento para hablar de ella. Y es que el misterio que esconde esta obra se encuentra muy profundo en su esencia. Es una de esas películas que uno ama u odia. Aunque solo he conocido una persona que la odia con válida razón. Porque el resto de las personas que la odian ni siquiera la han visto. Ya sea porque es musical, o porque es romántica. O porque es musical... En fin.
Tanto profesionales del cine como las personas del común nos preguntamos cual es la razón del éxito de esta película. Yo tengo una teoría, que más que teoría es una hipótesis. O más bien simplemente una opinión. Pero vale la pena analizar algunos aspectos que considero importantes. Primero que todo: las actuaciones. A algunos no les gustó el trabajo de Emma Stone, pero por algo se ganó el Oscar. Estas personas argumentan que el rol que interpreta Emma es "muy sencillo". Pero es esa sencillez lo que convierte al personaje en algo más complejo. Hay una esencia tan fácil de captar en este personaje y que, incluso, uno podría pensar que se acopla a la personalidad de la actriz. Por eso está tan bien desarrollado. Emma logra hacer de la sencillez una cosa tan compleja. Y hay actores que se preparan toda la vida para lograr hacer una pequeña sonrisa tímida, un fruncido de ceño bien particular, una leve expresión de miedo, etc. Estos pequeños y aparentemente "sencillos" gestos, son los que convierten al personaje en una persona con la que el público se sienta identificada. Adicionalmente, es inevitable no captar la química que existe entre Emma y Ryan Gosling. Pero esto es un tema aparte.
Segundo aspecto: la música. Hay algo de música ochentera (a quien no le gusta la música americana ochentera), música clásica, jazz (el más importante) y bueno, ese género que está tan de moda, el pop. No hay mucho que decir aquí. Se invirtió una buena cantidad del presupuesto en la composición de la música. Y aquí a quien se debe felicitar realmente es al compositor, Justin Hurwitz.
¡Tercero! La fotografía. Es esa parte de la cinematografía que es tan sutil, pero al mismo tiempo la que puede ser tan determinante en la percepción del espectador. Damien Chazelle tiene cierto gusto por resaltar determinados colores en sus películas. En Whiplash (ya hablé de esta película en una entrada anterior) se podían notar los colores cálidos de sus escenas. En La la land vemos colores fríos. Aquí tendría que mencionar también que, de la mano a la fotografía, va la postproducción. Específicamente la colorización. Porque bien sabemos que el cielo no es morado.
Por último quería hablar de la intimidad del director. Y con intimidad me refiero a lo "personal". El hecho de que volvamos a ver bien presente el género del Jazz en esta obra nos dice algo bien claro sobre Chazelle. Está enamorado -o incluso obsesionado- de la música. Y al ver dos veces referenciado este gusto en sus obras nos muestra que hay una cualidad muy personal en ellas. Considero que el secreto (no tan secreto) del éxito de una obra de arte, sea cual sea éste, depende de que tan involucrado emocional y mentalmente se encuentra su creador en esta. Y con éxito no me refiero a la cantidad de copias vendidas, el número de entradas compradas, o la cantidad de críticas o premios recibidos. Sino a qué tan involucrado se sintió cierto espectador que un día salió de su casa, cogió su carro, llegó al cine, compró una entrada y se sentó. Pudo ser uno, pudieron ser un millón. Mientras le halla llegado el mensaje a uno solo, a eso le llamaría éxito.
Afortunadamente no fue sólo uno, sino muchos a los que nos llegó el mensaje de La, la land. Y somos muchos quienes esperamos con ansias el siguiente trabajo de Chazelle. En resumen podríamos decir que el misterio se encuentra en una perfecta combinación entre técnica y "sexto sentido" -por así decirlo- por parte del director. Y a pesar de que es cierto que la historia de La la land no es la más original, ni la más creativa, si es una película perfectamente realizada en el resto de sus características.
