"Felicidad". Esa palabra que da sentido a la vida, tan anhelada pero tan inalcanzable. Y es que a veces no nos damos cuenta que la tenemos en la palma de la mano pero la ignoramos. No se encuentra en el dinero, ni en el amor. Está dentro de nosotros pero seguimos buscándola en otro lado. Está en la tranquilidad, en la soledad, en el anhelo, en todos lados. Sin embargo, por naturaleza el ser humano la sigue buscando. Es la ironía de la vida.
Chris Gardner está buscando -desde hace mucho- su perdida felicidad. Y no es un personaje ficticio, ésta es una historia basada en la vida real de un hombre que luchó por el bienestar de su hijo sin la ayuda de nadie. El emprenderá una no tan agradable aventura viviendo en la calle con su pequeño y rebuscando dinero para poder sobrevivir. Gabriele Muccino nos mostrará lo que es realmente sufrir la vida.
La banda sonora es el complemento perfecto para la historia que se cuenta. Da mucha nostalgia verla, principalmente por las enseñanzas que deja. Está llena de reflexiones y sin hablar de la maravillosa interpretación de Will Smith junto a su hijo. La química entre los dos fluye naturalmente. Creo ciegamente que Smith debió ganar un Óscar por esta interpretación tan impecable. Personalmente es de esas películas que me hacen llorar todas las veces que la veo. La recomiendo bastante.
La principal enseñanza que nos deja es que a pesar de todo el sufrimiento, el esfuerzo valdrá la pena. A veces puede ser que la realidad no sea tan agradable como pensamos, y la vida nos tortura un poco para mostrarnos eso. Pero de todo en la vida se aprende, mientras más sufrimiento vivamos, mayor será nuestro crecimiento como personas. No importa cuantos amigos tengas, cuantos familiares te apoyen, siempre tenemos que recordar que estamos solos en la vida. Las personas van y vienen pero la única persona que se interpone entre nosotros y nuestro objetivo somos nosotros mismos. Y el momento en que logremos eso que tanto buscamos, esa parte de nuestras vida, esa pequeña parte, se llama felicidad.
